2.1.3.5 ARGENTINA

En el contexto marcado por la crisis española y las invasiones inglesas al Río de la Plata en 1806 y 1807, va a hacer su primera aparición protagónica en la escena pública rioplatense un grupo que denotará una verdadera innovación sociológica: los criollos. Ellos consolidarán una nueva identidad cultural autóctona. 

Los criollos argentinos tenían como principal actividad económica el comercio y para ellos, controlar los puertos sobre el río de La Plata y las rutas del Atlántico sur era esencial. Es así que tras la invasión británica, los porteños organizan una milicia para hacerles frente bajo el mando de Cornelio Saavedra. Esta milicia derrota a los británicos sin la ayuda de los españoles. Esto les muestra sus propias capacidades de defensa y aviva el deseo de independencia de los criollos locales quienes esperaban, desde principios del siglo XIX, la posibilidad de participar no solo en la toma de decisiones económicas de la colonia sino también de las políticas, dado que estas últimas hasta ese momento, recaían en las manos de los españoles venidos de la península Ibérica y no en los locales. Esto crearía una división muy marcada entre la oligarquía local y los realistas.

En cuanto a hechos relevantes: en julio de 1808, llegaron a Buenos Aires noticias sobre todo el caos peninsular. En agosto, el virrey Liniers recibe la visita del enviado de Napoleón, el marqués de Sassenay para que el virreinato reconociese al nuevo monarca francés. Estos encuentros produjeron sospechas entre los habitantes.

Desde septiembre de 1808, Francisco Javier de Elío, sospechoso de la inclinación favorable del virrey hacia los franceses, desconoció la autoridad de Liniers y el 21 del mismo mes, convocó una junta de gobierno a nombre de Fernando VII.


Posteriormente se entregaron a las principales autoridades de Buenos Aires las cartas de Carlota Joaquina en las que se ofrecía a gobernar los territorios españoles en ausencia de su hermano Fernando VII. Si bien estas fueron rechazadas rápidamente, hubo un grupo de criollos en Buenos Aires, entre los cuales estaban Juan José Castelli y Manuel Belgrano y otros, que no descarto contar con la protección de Carlota Joaquina.


El 1 de enero de 1809, un grupo de peninsulares que sospechaba de Liniers por su origen francés y por su posición abiertamente procriolla, dirigido por Martín de Alzaga, miembro del cabildo, exigió la renuncia de Liniers y el establecimiento de una junta de gobierno. Sin embargo, la conspiración fue controlada por las milicias criollas al mando de Cornelio Saavedra, líder del Partido Patriota. Para no causar más sospechas, el 8 de enero se juró fidelidad a la Junta Central de Sevilla, que ejercía el mando supremo por delegación del rey legítimo.


Retrato al óleo de Martín de Álzaga


En julio de 1809, llegó a Buenos Aires, Baltasar Hidalgo de Cisneros como nuevo virrey del Río de la Plata, en reemplazo de Liniers, quien fue destituido por la Junta Central.


Retrato del teniente general Baltasar Hidalgo de Cisneros (1758-1829)


Siguiendo con la línea del tiempo histórica, en 1810 se confirmaron los rumores sobre la caída de la Junta de Sevilla a manos de los franceses. En respuesta, el virrey Hidalgo de Cisneros publicó un comunicado pidiendo calma y apoyo a los leales. Al día siguiente, Cornelio Saavedra y Manuel Belgrano insistieron ante Cisneros la convocatoria de un cabildo abierto. Presionado, aceptó, y el 21 de mayo se distribuyeron invitaciones entre los principales vecinos y autoridades de la capital. Al día siguiente, uno de los principales temas que se tocó en el cabildo fue la licitud de la autoridad del virrey y su derecho a gobernar ante la ausencia del rey.


Cornelio Saavedra, comandante del regimiento de Patricios


Finalmente, el 24 de mayo se anunció la conformación de una junta integrada por cinco miembros. La osadía de Cisneros de crear la mencionada junta provisional en la que él mismo presidiría fue el detonante para crear una nueva junta pero sin su presencia.


En la mañana del 25 de mayo de 1810, una multitud se reunió en la plaza de La Victoria para reclamar la renuncia del virrey y la anulación de la junta formada el día anterior. Cisneros se vio obligado a renunciar y se formó la Junta Provisional Gubernativa de la capital del Río de la Plata, con la presidencia de Cornelio Saavedra. Dos días más tarde, se enviaron circulares a las provincias del interior a fin de que eligiesen diputados para un congreso general que debía decidir la forma de gobierno que adoptaría el virreinato. 


Junta provisional gubernativa de la capital del Río de la Plata


El 18 de diciembre de 1810, por votación, se decidió incorporar a la Junta a los nueve diputados enviados por las provincias del interior. Al día siguiente, se prestó juramento y de esta manera quedó constituida la Junta Grande, que reemplazó a la Junta Provisional Gubernativa de la capital del Río de la Plata.